Reproducción como concepto
Qué es la Reproducción:
La reproducción es acción y efecto de reproducir. El término reproducción es de origen latín y se conforma por un prefijo re- y un sufijo -ción ya que el mismo se refiere a cosa que reproduce o copia de un original, por ejemplo, reproducir un sonido, reproducir objetos arqueológicos, entre otros.
Arquitectos, escultores, diseñadores y reproductores de objetos culturales crearon en el movimiento de la tradición artístico-cultural diversos modos de producción visual ligados al tiempo imaginario o tiempo de las formas creadas por la mano, el ojo y el sentimiento de los artistas.| Escultura |
Este tipo de trabajo de creación de las imágenes se estimaba y se estima en el contexto de una economía simbólica donde cobraban (y cobran) valor los materiales, instrumentos, técnicas y modelos creados o reproducidos por el hombre en una cultura histórica determinada.
Las ciudades antiguas y modernas se constituyeron en espacios de producción para la elaboración de imágenes realistas, simbólicas, representativas, íconotemáticas, visionarias y otras que podemos reconocer y destacar en el marco de la tradición moderna. Es con el nacimiento de las comunidades históricas cuando el sujeto logra su estatuto legítimo de creador o reproductor de formas y donde se hará posible, a partir de la cristiandad occidental, el surgimiento de una iconografía pagana y cristiana, una iconografía del oriente cristiano y occidental.
Es allí donde las imágenes surgidas de la tradición creadora han registrado un intercambio económico y artístico donde se concentran poblaciones marginales y dominantes que representaron (y aun representan) valores visuales y culturales propios de una cultura de la imagen real, histórica, política y artística.
La reproducción de imágenes es un proceso de creación que involucra materiales, formas, pensamientos y técnicas especiales para llevar a cabo toda una visión de las relaciones sociales de valor y producción.
De ahí que la figura, el espacio, el tiempo histórico, los hombres, las razones existentes para el intercambio de imágenes y objetos determinen, en la medida de lo posible, los avances artísticos y culturales en un proceso mimético y poiético, ambos basados en la función de modelo, tipo y lenguaje en cuya base podemos encontrar huellas, temas, motivos, formas simbólicas, visiones estéticas, campos de trabajo y direcciones artístico-cultural.Los elementos en este caso serían los siguientes: modelo, temática, superficie, profundidad, combinación, color, dimensiones, técnicas particulares, estilo, historia, narración, contexto de imágenes, contexto de lectura, signos complementarios, lector-lecturas, conexiones, mundo de la obra, mundo del sujeto, relación y conjunción entre los elementos .
Los elementos en este caso serían los siguientes: modelo, temática, superficie, profundidad, combinación, color, dimensiones, técnicas particulares, estilo, historia, narración, contexto de imágenes, contexto de lectura, signos complementarios, lector-lecturas, conexiones, mundo de la obra, mundo del sujeto, relación y conjunción entre los elementos .
Así pues, los anteriores elementos y aspectos forman parte de una travesía histórica, teórica, crítica, técnica y epistemológica que dará lugar a interpretaciones direccionales que sirven para propiciar la comprensión de la obra de arte creada, posicionada y divulgada en tiempo, espacio y recepción.
Todo este proceso es indicador de un valor interno y externo de la obra reconocida en su mensaje, calidad y lenguaje. La direccionalidad de la obra de arte leída desde su propia historia, tiene implicaciones críticas, políticas, técnicas, contextuales, lingüísticas y socioculturales.
La travesía de la obra de arte supone una caracterización y un análisis específico, simbólico y cultural dentro de la historia, tal y como lo explica el historiador austriaco Ernst H. Gombrich en su obra titulada Imágenes simbólicas.
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