Positivo y negativo.
| Fundamentos del diseño |
El espacio negativo es un elemento fundamental del arte—seguramente lo has visto antes, aún si no conocías su nombre. En términos simples, el espacio negativo es el área alrededor y entre el sujeto. Aparece en todos los dibujos y pinturas, siendo la ilusión óptica de la copa de Rubin uno de los ejemplos más famosos.
La copa de Rubin hace énfasis en el espacio negativo. En el centro de la composición se encuentra una vasija simétrica (que representa el espacio positivo o activo). A sus costados “aparecen” dos retratos; las curvas de la copa parecen formar la frente, nariz y boca de los perfiles. Mientras que el espacio negativo en sí no tiene detalles definitorios, los bordes duros de la copa y el contraste del recipiente con el resto de la imagen activan el área y permiten que tu mente llene los espacios en blanco.
Como se mencionó anteriormente, el balance de la composición es sólo una de las razones por las que el espacio negativo es tan importante en una obra de arte. Las áreas de actividad—como la vasija de la copa de Rubin, por ejemplo—solo son tan llamativas por el espacio que lo rodea.
Así que no subestimes al espacio negativo; que esté vacío no quiere decir que no tenga potencial. Al eliminar elementos de una imagen, puede evocar misterio y despertar emociones de anhelo o pérdida. Cuando se usa de esta manera, el espacio negativo ayuda darle a la obra un significado más amplio.
Reflexiones sobre el Positivo y Negativo
Cuando se perciben las formas negativas y positivas, el ocupante que invade un espacio es negativo y viceversa, En el diseño el negro es positivo y el blanco es negativo.
“Espacio positivo, es el que rodea a un espacio negativo, y el espacio negativo, el que rodea un signo positivo, la relación figura fondo es ambivalente: en ciertos momentos encontramos formas positivas y espacio negativos, en otros encontramos formas negativas y espacios positivos”
“Lo positivo y lo negativo en este contexto denota simplemente que hay elementos separados, pero unificados en todos los acontecimientos visuales. Las figuras a y b muestran que lo positivo y lo negativo no equivalen ni mucho menos a hablar de oscuridad, luminosidad o imagen especular como ocurre en la descripción de las fotografías del cine o de los impresos. Tanto si se trata de un punto oscuro en un campo claro, como en la figura a, o de un punto blanco sobre un fondo oscuro, como en la b, el punto es la forma positiva, la tensión activa, y el cuadrado es la forma negativa. En otras palabras, lo que domina la mirada en la experiencia visual se considera elemento positivo, y elemento negativo aquello que actúa con mayor pasividad. La visión positiva y negativa a veces engaña al ojo. Al mirar algunas cosas, vemos en las claves visuales lo que no está realmente allí. Dos parejas abrazadas a lo lejos pueden parecernos un perro sentado sobre sus patas traseras. Un rostro puede parecernos una piedra. El empleo de claves relativas y activas de la visión puede hacer que un objeto sea tan convincente que nos resulte casi imposible ver lo que realmente estamos mirando. El ojo busca una solución simple a lo que ve y, aunque el proceso de asimilación de la información puede ser largo y complicado, la sencillez es siempre el fin perseguido” Dondis, D.A; La sintaxis de la imagen, Introducción al alfabeto visual.
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